Sergio Mota
La participación en el espacio latinoamericano de empresas globalizadas obedece a los costos más bajos de la mano de obra. Para estas empresas tener una microeconomía competitiva significa complementaridades industriales en cadenas de valor.
Resulta evidente que América Latina tiene recursos naturales que podrían ser base del desarrollo económico y social.
Su potencialidad está marcada por atributos como son los siguientes: 1) contiene 40% de la biodiversidad mundial, 2) posee 30% de las reservas globales de agua dulce, y 3) cuenta con 25% de la masa forestal. Por estas características, entre otras, debería dársele una mayor atención en las políticas multilaterales.
El problema del atraso latinoamericano es la inversión insuficiente (formación bruta de capital) para atender el crecimiento demográfico y las demandas sociales. Si bien la inversión privada ha ocupado una importancia mayor que la inversión pública, sobre todo después de la época de la crisis de la deuda y las privatizaciones, ella no es suficiente. Lejos está de tener los niveles de inversión como por ejemplo de China que es del 40% de su PIB, o de Singapur con 38%, así como de Corea del Sur con 28% de su PIB. Mexico, por ejemplo, desde hace 50 años su inversión no pasa del 20% de su PIB.
La Inversión Extranjera Directa ha complementado las necesidades de inversión, constituyéndose en una fuente importante de divisas y creación de empleos.
La participación en el espacio latinoamericano de empresas globalizadas obedece a los costos más bajos de la mano de obra.
Para estas empresas tener una microeconomía competitiva significa complementaridades industriales en cadenas de valor. En México ha sido el desarrollo de plantas de autopartes industriales en el centro y norte del país, que a partir del TLC y ahora el T-MEC han tenido un desarrollo extraordinario. Lo mismo ha sucedido en China, Singapur, Brasil y Hong Kong que absorben más del 80% de la Inversión Extranjera Directa global.
La calidad de la organizacion institucional de los países latinoamericanos se observa cuando nos detenemos a mirar la baja posición que ellos tienen en Estado de Derecho. Dice Elizabeth Andersen, Directora Ejecutiva del World Justice Proyect (WJP): "En el fondo, el Estado de Derecho se trata de equidad, es decir, rendición de cuentas, igualdad de derechos y justicia para todos. Y un mundo menos equitativo está destinado a ser un mundo más inestable".
En América Latina fueron analizados por la WJP 32 países. México se ubicó en el año 2022 en el lugar 27, sólo por arriba de Venezuela, Haití, Nicaragua, Bolivia y Honduras y por abajo de Ecuador, Paraguay y Guatemala.
Norberto Bobbio, ilustre maestro en ciencia política, de origen italiano, advirtió hace mucho tiempo: "El Derecho y el poder son dos caras de la misma moneda: sólo el poder puede crear Derecho y sólo el Derecho puede limitar el poder".
Al igual que el Estado de Derecho se necesita consolidar y ampliar la política social. Para ello:
1Reducir la desigualdad mediante los servicios sociales fundamentales. Esto significa más calidad y cobertura en educación, salud, vivienda, agua potable, drenaje, luz, áreas verdes y seguridad. Asimismo hacer sólidos programas sociales de cobertura nacional con las adaptaciones de los municipios que es donde están las identidades locales.
2.Una política de crecimiento económico basada en transformaciones del modelo productivo que, sustentada en inversiones importantes en infraestructura y desarrollo tecnológico, eleve la productividad que ha sido muy baja por décadas. Es de sólo la mitad de la que obtienen Corea del Sur, Turquía y Polonia.
3. Desarrollar el uso de las energías renovables que producen menor deterioro ambiental y combatir el cambio climático.
Fuente: El Economista